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Aquiles
Aquiles
Información
Nombre Griego: Ἀχιλλεύς (Achilléf̱s)
Familia
Padres: Peleo y Tetis
Hijos/as: (Con Deinamía): Neoptólemo

Aquiles o Aquileo, hijo del mortal Peleo y la ninfa Tetis, fue un héroe de la Guerra de Troya.

Aquiles era invulnerable en todo su cuerpo salvo en su talón, y murió en batalla al ser alcanzado por una flecha envenenada en el talón, de donde la expresión «talón de Aquiles» ha llegado a aludir a la única debilidad de una persona.

Aquiles también es famoso por ser el más hermoso de los héroes reunidos en Troya, así como el más rápido. En su mito es crucial su relación con Patroclo, descrita como profunda amistad o amor.

Etimología

El nombre de Aquiles puede ser analizado como una combinación de ἄχος akhos (‘dolor’, ‘pena’) y λαός laos (‘pueblo’, ‘tribu’, ‘nación’, etcétera). En otras palabras, Aquiles es una personificación de la pena de su pueblo.

Iconografía

Nacimiento

Zeus y Poseidón se habían disputado por Tetis hasta que Temis profetizó que ésta engendraría un hijo más grande que su padre. Por esta razón ambos tuvieron que renunciar a su deseo, y Tetis fue obligada a casarse con Peleo, rey de los Mirmidones. Cuando Aquiles nació, Tetis intentó hacerlo inmortal sumergiéndolo en la laguna Estigia, pero olvidó mojar el talón por el que lo sujetaba, dejando vulnerable ese punto. Peleo regañó a Tetis por hacer esto sin consularte, y le arrebató al bebé de las manos. Tetis, enfurecida, abandonó a ambos.

En el monte Pelión, Peleo confió a Aquiles al centauro Quirón para que los criase. Quirón lo alimentó con fieros jabalíes, entrañas de león y médula de oso para aumentar su valentía; además, le enseñó el tiro con arco, el arte de la elocuencia y la curación de las heridas. La musa Calíope le enseñó el canto, y el profeta Calcante predijo que a Aquiles se le daría a escoger entre una vida corta y gloriosa o larga en años y anodina.

Mitos

"Pirra"

Cuando regresó de sus clases con Quirón, Peleo, para mantener a Aquiles alejado de la guerra, escondió al joven en la corte de Licomedes, rey de Esciro. Allí Aquiles fue disfrazado de doncella y vivió entre las hijas de Licomedes con el nombre de Pirra (pelirroja). Con una de ellas, Deidamía, con quien tenía relaciones, tuvo a su único hijo, Neoptólemo (también llamado Pirro, por el apodo de su padre). Odiseo supo por el profeta Calcas que los aqueos serían incapaces de capturar Troya sin la ayuda Aquiles, por lo que marchó a Esciro disfrazado de vendedor ambulante vendiendo ropas y joyas femeninas entre las que puso un escudo y una lanza. Cuando Aquiles inmediatamente tomó la lanza, Odiseo lo descubrió a pesar del disfraz y lo convenció para unirse a la campaña de Troya, éste aceptó.

La herida de Télefo

Cuando los griegos partieron hacia la Guerra de Troya, se detuvieron en Misia, donde gobernaba el rey Télefo. En la batalla resultante, Aquiles hirió a Télefo. La herida no sanaba, y Télefo pidió un oráculo, que dijo «el que hirió, sanará». Télefo fue a Áulide disfrazado de mendigo y pidió a Aquiles ayuda para curar su herida. Aquiles se negó, alegando no tener conocimientos médicos. Entonces, Télefo secuestró a Orestes, y pidió como rescate que Aquiles sanase la herida. Odiseo señaló que la lanza era la que había infligido la herida y que por tanto la lanza debía ser capaz de curarla. Se rasparon unos trozos de la lanza sobre la herida, y Télefo se curó.

Troilo, el casi salvador de Troya

Troilo, el hijo menor de Príamo y Hécuba, estaba abrevando sus caballos en la Fuente del León fuera de las murallas de Troya, Aquiles lo vio y se enamoró de su belleza. El joven rechazó sus proposiciones y se refugió en el templo de Apolo. Aquiles lo persiguió hasta el interior del santuario y lo decapitó en el mismo altar del dios. Se decía que en aquel momento a Troilo le faltaba un año para su vigésimo cumpleaños, y según el oráculo, si Troilo hubiera alcanzado esa edad, Troya habría sido invencible

La guerra de Troya

Se lo llegó a conocer como el héroe más glorioso de la larga guerra que libraron troyanos y aqueos. Su madre no quería que participara en esa lucha, puesto que podía morir. Ella prefería que volviera al reino de su padre, que tuviera una vida larga y tranquila y no corta y gloriosa, y que sucediera a Peleo en el trono. Sin embargo, tuvo que dejarlo ir, pues así lo quiso Aquiles, cuya fama de valiente y temible lo hacía indispensable para el ejército griego.

Pero Aquiles se retira prontamente del campamento de los aqueos a causa de una ofensa que le comete Agamenón, el líder del ejército sitiador. Agamenón había tomado a una mujer llamada Criseida como esclava, y el padre de ésta, Crises, un sacerdote de Apolo, le rogó que se la devolviera. Agamenón se negó y Apolo envió una plaga entre los griegos. El profeta Calcante determinó correctamente la fuente de los problemas pero no quiso hablar a menos que Aquiles jurase protegerle. Aquiles así lo hizo, por lo que Calcante declaró que Criseida debía ser devuelta a su padre. Agamenón accedió, pero exigió entonces que la esclava de Aquiles, Briseida, debía dársele como reemplazo. Enfadado por esta deshonra y a instancias de Tetis, Aquiles se negó a luchar y llevar a sus mirmidones junto a las fuerzas griegas. Como la batalla se volvió contra los griegos, Néstor declaró que si Agamenón no hubiese enfadado a Aquiles, los troyanos no estarían ganando, y le pidió que lo aplacase. Agamenón accedió y envió a Odiseo y a otros dos jefes para ofrecer a Aquiles la devolución de Briseida y otros obsequios. Aquiles los rechazó tercamente y pidió a los griegos que navegaran de vuelta a casa como él estaba planeando hacer.

Patroclo, su gran amigo, compañero y amante le pide permiso a Aquiles para usar su armadura y así hacer creer a los troyanos, que estaban por destruir las naves aqueas, que se trataba de Aquiles quien había vuelto a la batalla junto con el ejército de los Mirmidones. Todo funciona de acuerdo al plan, hace huir a los troyanos y mata a varios, entre ellos a Sarpedón, hijo de Zeus. Pero es herido por Euforbo y rematado por Héctor. Menelao consigue matar a Euforbo y quitar el cuerpo sin vida de Patroclo, que había sido despojado por parte de Héctor de la armadura de Aquiles, del campo de batalla. Aquiles lloró sobre el cuerpo de su amado, fue consolado por su madre, quien le dijo que el dios Hefestos le haría una nueva armadura.

Ya con nueva armadura y con Agamenón perdonado, decide regresar al campo de batalla en busca de venganza. Regresó colérico al campo de batalla matando muchos hombres en busca de Héctor. Incluso luchó contra el dios fluvial Escamandro, que se enfadó porque estaba obstruyendo sus aguas con todos los hombres que mataba. El dios intentó ahogarlo pero fue detenido por Hera y Hefesto. Finalmente Aquiles encontró a su víctima y persiguió a Héctor alrededor de las murallas de Troya. Dieron tres vueltas en torno a ellas hasta que Atenea tomó la forma de Deífobo, hermano de Héctor y así convenció a este último para luchar cara a cara contra Aquiles. Aquiles mató a Héctor clavándole la lanza en el cuello y para culminar su venganza ató el cuerpo a su carro y lo arrastró por el campo de batalla durante nueve días. Luego presidió los juegos funerarios en honor de Patroclo. Con la ayuda del dios Hermes, Príamo, el padre de Héctor, fue a la tienda de Aquiles y lo convenció de que le permitiese celebrar los ritos funerarios de su hijo. Con este gesto, Aquiles finalmente depone su ira.

Sin su mejor combatiente, Troya estaba acabada, pero a ella se unieron dos bandos más contra los griegos; las amazonas primero, y los etíopes después. Aquiles se mediría sucesivamente con los jefes de ambas bandas en combate singular. Aquiles, tras su tregua temporal con Príamo, luchó y mató a la reina amazona Pentesilea. Aquiles atravesó su pecho con una lanza, pero al verla morir quedó sobrecogido por su belleza, y cuando Tersites, uno de los soldados griegos, se burló de él por su muestra de debilidad, Aquiles lo mató. Diomedes, primo de Tersites, arrojó en venganza el cuerpo de la amazona al río Escamandro. Sin Patroclo, lo más cercano que tenía Aquiles era Antíloco, el hijo de Néstor. Cuando Memnón de Etiopía mató a Antíloco, Aquiles estalló en cólera nuevamente, matando a Memnón.

Finalmente, Paris acabó con Aquiles con una flecha envenenada guiada por Apolo directo hasta su punto débil, su talón. Sus huesos fueron mezclados con los de Patroclo, y se celebraron juegos funerarios. Más tarde, Filoctetes mató a Paris usando el enorme arco de Heracles.

Galería

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